La docilidad y la pureza de los niños nos ayudan a percibir el amor de Dios por nosotros, y que este amor se desborda en los corazones de todos aquellos que tienen fe y que se dejan amar por un Dios tan encantador.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario